Cada vez son más los diseñadores que han decidido que el diseño no tiene sentido si no mejora nuestra sociedad. De hecho, todos tendrían que coincidir en este objetivo. Sino, para qué sirve el diseño? Incorporar criterios sociales y ambientales en los productos o servicios parece evidente y fácilmente competitivo; pero no es así. Producir con materias primeras locales y ecológicas supone una proceso de I+D +i que se desconoce y no se internaliza en el precio y la comunicación final del producto. Ahora mismo todavía resulta más fácil y barato utilizar materiales de todo el mundo, muchas veces sin garantía ambiental y social. Por lo tanto, cuando un diseñador y un fabricante deciden producir un producto sostenible y cíclico, todo se complica. El resultado final suele ser un producto mucho mejor, pero con un precio todavía elevado y poco posicionado en el mercado global.
Fiona Capdevila, diseñadora textil y emprendedora social y ambiental
El taller de la Fiona parece desordenado pero todo tiene sentido. Con recortes de tela agrupados por colores, texturas… Nada es casual. Máquinas de coser en linea. Un almacén escondido detrás unas cortinas. Desorden aseado y caótico. Creaciones. Esbozos. Maniquíes. Encargos que se visualizan en montoncitos de tela de colores o tejidos similares… ¡Se respira experimentación y creatividad! Desde este taller, donde diseña y también realiza clases y cursos; Fiona nos explica convencida que la producción de ropa a partir de textil reutilizado es posible, necesaria y puede llegar a ser un negocio que conviva con otras tipologías como el fast fashion. Suena a utopía, ¿lo es?
Fiona Capdevila (también Del travès) hace más de 10 años que se dedica al sector textil, concretamente, al uso de materias primas ya usadas (ropa usada). Últimamente, ha impulsado un nuevo proyecto basado en el desarrollo de uno o más talleres productivos. Algunos de estos talleres son de inserción socio-laboral y forman parte de convenios con entidades como FIT y Estel Tàpia. Aun así, Fiona está valorando la opción de combinar estos tipos de talleres con otros que no incorporen esta vertiente social. Todo ello se encuentra en una fase experimental el objetivo de la cual es producir en serie y de manera externa sus diseños de moda basada en el reciclaje.
Entramos en materia. Por un lado, la selección de las prendas de ropa es la que determinará la calidad de tu pieza final, reitera la Fiona. Cuantos más filtros incorpores en esta selección (tipos de prenda, estado de la pieza, tejido, color, estampado, fibra, etc), más calidad final tendrás y más competitiva será la prenda final. El uso de material reutilizado incorpora mucho trabajo adicional a la producción de prendas de ropa (o de cualquier otro producto). Valorar que estén en buen estado, que los tejidos encajen, la necesidad de limpiarlos, etc. Además, el diseño final es diferente en cada caso, por lo tanto, su producción en serie se complica más que en el caso del fast fashion y de este modo, difícilmente puede llegar a ser competitivo… En definitiva, es necesario incorporar procesos que hagan eficiente el concepto, diseño, fabricación y distribución de esta ropa. Sino, por más sostenible que sea, no llegará al consumidor final (¡nosotros!). Eso sí, el resultado final son ¡prendas de ropa únicas, de gran valor estético, funcionales, ambientales y sociales!
Fiona está intentando encontrar esta lógica. Cierto orden en esta carencia de regularidad. ¿Cómo conseguirlo? Para empezar, Fiona está diseñando una estrategia de consolidación de su negocio, y busca un equipo multidisciplinar para hacerlo. A pesar de que lleva más de 10 años diseñando, produciendo y vendiendo (ha tenido tienda propia y varios talleres en marcha), reconoce que hay que dar un paso más para consolidar todo el trabajo hecho hasta ahora, para crear una estructura empresarial estable que permita producir más en serie, sin perder nunca el ADN de partida: diseñar, crear y distribuir piezas de moda sostenible y ética. ¿Lo conseguirá? Esperamos que sí. Todos saldremos ganando…
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