Simone vino a recibirnos. Después de una subida llena de curvas que se hizo más larga de lo esperado, ella fue la que nos dio la bienvenida a Mas de Madalena, un hotelito rural en el interior abrupto de Castellón. Pablo le siguió, con una sonrisa de oreja a oreja. En un principio nos sentimos un poco cohibidos. No esperábamos que los propietarios del alojamiento rural dónde íbamos a pasar tres días vinieran al pàrquing de manera tan efusiva. Estamos tan acostumbrados a que nadie nos guíe ni nos reciba ‘bien’ que cuando llegas a un lugar en el que lo hacen sólo te pasan cosas ‘frikkies’ por la cabeza. ‘¿Dónde nos hemos metido?’, pensamos. Y más cuando Simone era muy peluda, tenía una gran boca babosa y una cola que no paraba de moverse. Ah, e iba a cuatro patas. Era una perra. Pablo no. Pablo, junto con Bea, son la pareja impulsora de Mas de Madalena.
Pocos minutos después de llegar, aún con las maletas en el coche, deshaciéndose del calor, entendimos un poco más qué era aquel lugar. Era su casa. Pablo y Bea, junto con algunos familiares, varios perros y un sin fin de animales recuperados y salvados; ofrecen una estancia rural en su casa, en su día a día, en su entorno natural y en su proyecto de recuperación de animales. Cuatro apartamentos y la opción de disfrutar de una oferta gastronómica local, ecológica y de gran calidad. Eso es Mas de Madalena. Dos proyectos en los que implicarse durante unos días, olvidando los propios y enriqueciéndolos.
Una vez las maletas fueron recuperadas del coche dimos un paseo. Silencio y mucho tiempo por delante. Eso es lo que se respiraba en Mas de Madalena. Aran, en pocos minutos, ya cogió su bicicleta y se perdió por los caminos que rodeaban los diversos apartamentos. Verlo entrar y salir de casa sin preocuparse por los coches, las personas, la contaminación, el ruido… Mucho tiempo por delante, buena comida, animales ‘felices’ y un entorno lleno de rincones que descubrir, a ‘fuego lento’.
Colorines, Flamenca, Trueno, Romero, Simone, Hércules… gatos, perros, caballos, ovejas, patos, gallos y gallinas, cabras, asnos… Todos los animales de Mas de Madalena tienen nombre. Todos.Bea y Pablo son los responsables de todos esto. Eran periodistas… bueno, siguen siéndolo… pero ahora se dedican a otros menesteres. Un buen día decidieron cambiar sus vidas. La pasión de Bea eran los animales y Arcadia es la asociación sin ánimo de lucro resultado. Y la de Pablo, la gastronomía. Y ambos querían vivir en un entorno natural, dónde el reloj deja de ser el que marca el día a día y pasan a serlo otras cosas como la hora de recoger los huevos, de dar de comer a los animales o de desbrozar los caminos.
Mas de Madalena es una gran oportunidad para conectar con la tierra y con la esencia de lo que nos rodea. En Mas de Madalena todo es local y tiene una historia detrás. ¿Por qué los huevos son del color que son? ¿Cuánto tarda un huevo en convertirse en pollito? ¿Hay patos mudos? ¿A las gallinas les gusta el pienso seco o mejor mezclado con agua? ¿Por qué? Los niños son la excusa para aprender muchas cosas que como adultos hemos olvidado al desconectar de la parte natural y animal de cada uno.
En definitiva, Mas de Madalena y Arcadia son proyectos de vida abiertos a la gente. Un lugar en el que reconectar con la naturaleza, satisfacer hasta el más exigente paladar y olvidar el tic tac del reloj.
M’encanta!! Anirem!