Comunicar el cambio no vende
Pensar en la comunicación como una provocadora de cambios quizás ha sido demasiado naíf y yo diría aún más, poco responsable y realista. Los cambios deben venir de la base, del convencimiento sostenido, de políticas públicas coherentes y ejemplares y de una transición bien hecha hacia otro modelo que implica nuevas formas de vivir. Ahora, de repente, no se puede imponer otra forma de hacer a la ciudadanía. Todo requiere un tiempo y meter el miedo en el cuerpo no lleva a ninguna parte. Buscando la proactividad y no generando usuarios reactivos y pasivos que en el momento se activan, piensan y quieren cambiar; pero que a los cinco minutos ya se han distraído con otro input seguramente más fácil de obtener. Es necesaria una implicación más constante, provocar la curiosidad y generar un sentido de pertenencia en un proyecto común y no en uno externo que sólo te pide que hagas Likes.