¿Por qué le decimos ecodiseño cuando queremos decir diseño?
Poner un nombre no es fácil, nunca. Y poner nombre a un premio que quiere reconocer productos y estrategias que reducen su impacto ambiental con la incorporación de criterios ambientales en su ciclo de vida, es un ejemplo. Vamos a hacer el ejercicio: Premio de diseño sostenible, Premio de productos y servicios circulares, Premio de buen diseño, etc. De hecho, no tenemos que poner un nombre desde cero, sino que lo tenemos que hacer evolucionar. El original, que duró desde el año 2001 hasta el 2013, durante siete ediciones, era: ‘ Premi Disseny per al Reciclatge (‘Premio Diseño para el Reciclaje). Este premio, entonces, se centraba en galardonar aquellos productos, servicios y estrategias que al ser concebidos pensaban en su reciclaje final. A pesar de que la mayoría de las estrategias aplicadas en las candidaturas que se presentaban se centraban en esto, también había estrategias que trabajaban otras fases del ciclo de vida como el uso, el transporte, la fabricación, etc. Por eso, desde el Departamento de Territorio y Sostenibilidad se decidió cambiar el nombre por uno más global, que incorporara todas estas otras fases. Y de aquí surge Premi Catalunya d’Ecodisseny (Premio Cataluña de Ecodiseño) . Y aquí es donde se ha perdido una oportunidad y se vuelve a caer en la fragmentación del conocimiento y del ejercicio del diseño, del buen diseño. Entiendo que se tiene que buscar un espacio para que aquellos que quieren ‘hacer mejor las cosas’ o ‘menos mal’ en el nivel ambiental sean reconocidos y sirvan de ejemplo al resto. Pero de este modo lo que se está consiguiendo es que estas iniciativas sean eso, iniciativas puntuales, anecdóticas, una opción más, una opción más verde. Pero así también dejan de ser consideradas como la única manera de hacer las cosas, la mejor para todo el mundo.
¿Cuál sería la solución? Para mí la solución sería una coordinación transversal entre Generalitat (más allá de Territorio y Sostenibilidad) y entidades que trabajan por el diseño (BCD Barcelona Centro de Diseño, ADI FAD Asociación de Diseño Industrial del Fomento de las Artes Decorativas, ADP Asociación de Diseñadores Profesionales y más que me dejo) para que, por ejemplo, ‘El mejor diseño del año’ ya existente y organizado por el FAD (Fomento de las Artes Decorativas) incorporara como un criterio más en su valoración final los aspectos ambientales y su análisis en las diferentes fases del ciclo de vida de las candidaturas presentadas. ¿Por qué duplicar premios? ¿Por qué segmentar un Premio que tiene que premiar el buen diseño y punto? ¿Cómo se puede valorar un producto como buen producto si no se ha tenido en cuenta si su existencia empeora o no la calidad de vida de las personas y de su entorno? No sólo de aquellas que lo compran o lo utilizan, sino de todas las que están implicadas en su ciclo (los que han extraído los materiales, los que lo han trasladado, los que lo han fabricado, los que lo han vendido, los que lo tienen que reciclar, quemar, enterrar…).
¿Quién ha ganado el premio y por qué?
De un total de 115 candidaturas presentadas (un 36% por producto-categoría A, un 24% por diseño joven-categoría D, un 23% por estrategia-categoría C y un 16% por producto en desarrollo-categoría B) se han seleccionado 40 (un 35%) para optar a los diferentes galardones. Finalmente, 6 han sido premiadas y 7 han recibido una mención. Este año he tenido el placer de formar parte del jurado junto a grandes profesionales del diseño y la sostenibilidad como Pilar Chiva, Alfred Vara, María José Sárrias, Mariona Sanz, Isabel Roig, Cristina Noguer, Manel Martínez, Matilde Torralba, Joan Rieradevall y Pere Gavíria. Una mezcla entre representantes de la organización (Calidad Ambiental y Cambio Climático del Departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat y la Agencia de Residuos) así como otros agentes del mundo de la empresa (ACCIÓN), del diseño (BCD, ADI FAD, ADP), de los consumidores finales (Asociación de Consumidores de la provincia de Barcelona), de la sostenibilidad aplicada al diseño y de la comunicación. No fue fácil escoger. El debate sobre el buen diseño estaba abierto y con las actuales categorías del Premio se hizo difícil, en más de un caso, valorar productos, servicios y proyectos, que en otra situación no se hubieran podido comparar. Pero lo teníamos que hacer y el resultado fueron las siguientes candidaturas premiadas:
- Producto: Cápsulas de café compatibles con Nespresso, compostables y con café orgánico (Cafès Novell SA).
- Producto en desarrollo: Powerpad (Juan Pablo Esquivel Bojorquez. Instituto de Microelectrónica de Barcelona).
- Estrategia: Colección Remix Vol.1 y Vol.2 (BD Barcelona 1972 SL, con la colaboración de Ramón Úbeda Castro y Curro Claret).
- Diseño joven:
- Pine Helper (Laura Perdomo Caso. Escuela Superior de Diseño y Artes Plásticas de Cataluña, Sede de Barcelona Llotja).
- Chukudu 2.0 (Alessandro Asnaghi Gordillo. IED Barcelona Escuela Superior de Diseño).
- Blau Orgàsmic (Ioana Crasovan. IED Barcelona Escuela Superior de Diseño).
Pero, ¿por qué han sido las premiadas? En el caso de Cafés Novell SA. se ha considerado que al ser la primera cápsula de café del mercado compostable y compatible con la marca Nespresso, producida y comercializada en el Estado español, tenía que recibir este reconocimiento. No entraré en detalles técnicos. En este caso el reto a resolver es que las cápsulas convencionales generan entre 1,5 y 2 gramos de residuo por unidad, que además no pueden ser tratadas como envases por su consideración legal y medida. Está claro que la propuesta ya comercializada de Novel resuelve, en parte, esta problemática. Está claro que estamos dando solución al uso masivo de cápsulas de café, de un solo uso. Su impacto positivo, pues, es muy grande puesto que hay mucha gente que usa y usará esta alternativa más ‘eco’ de la cápsula de Nespresso. Pero, entonces, el diseño, a partir de ahora, ¿será ‘la mejor solución a una mala idea, a un mal diseño’? Es necesario no olvidar que la propuesta de Novell vuelve a ser un producto desechable. Ahora mismo sería incapaz de decir cuántos cafés hemos podido preparar en casa con la cafetera italiana de toda la vida, de ‘mil usos’. ¿No sería mejor que el diseño resolviera, directamente, las malas ideas y las transformara en otras buenas, no mejores, sino buenas? Con esta pregunta no quiero restar valor a la apuesta de Cafés Novell, que también ha trabajado el packaging, transporte y otras fases. Sólo una última pregunta: ¿esta es una nueva línea ‘eco’ o todas vuestras cápsulas a partir de ahora serán compostables?
Powerpad, unas baterías portátiles completamente biodegradables, construidas con materiales orgánicos, abundantes y de bajo coste, que pueden ser fabricadas con procesos de manufactura eficientes y de gran escala, ha sido el producto en desarrollo premiado en los Premios Cataluña de Ecodiseño de este año. Para mí este ha sido el premio más innovador de la presente convocatoria. Da solución al problema del almacenamiento de energía (con una densidad energética comparable a las baterías de litio) y a la gran toxicidad asociada a los materiales que actualmente forman parte de las baterías de energía (tanto en cuanto a la extracción de estos materiales, como de su gestión final). Considerando que en Europa sólo se recicla un 30% de las pilas y baterías que se venden y que esto supone el vertido anual de unas 20.000 toneladas de recursos tóxicos o contaminantes, este producto puede suponer un verdadero paso adelante hacia una economía circular.
La Colección Remix Vol.1 y Vol. 2 consiste en una nueva colección de objetos (accesorios y aparadores) creada a partir de componentes de muebles descatalogados y la creatividad de diseñadores reconocidos como Ramón Úbeda y Curro Claret. En este caso se premiaba el hecho de que la colección reaprovecha componentes de muebles descatalogados para nuevos usos, cosa que evita la destrucción y la consiguiente generación de residuos, a la vez que sensibiliza a los consumidores sobre el ahorro de recursos. La belleza estética y originalidad de esta propuesta es indiscutible. Se trata de una propuesta que pone sobre la mesa una reivindicación existente: El diseño con materiales reutilizados no tiene que dejar de ser guapo y atractivo, y no tiene que resultar evidente. Aun así, también resulta cuestionable el hecho de que existan tantos muebles descatalogados… Y si se resuelve el origen del problema en vez de reubicar-lo… con gracia, sí, pero no deja de ser, de nuevo, ‘una mejora a una mala gestión de un producto existente’. Además, a pesar de que no lo sé con certeza, el precio de esta ‘nueva’ colección no me lo imagino exactamente asequible.
Y, finalmente, en cuanto al diseño joven el premio ha sido compartido por tres propuestas. En este caso, más que explicar el por qué de cada premio creo interesante mencionar que 11 universidades y escuelas de diseño han presentado candidaturas a la categoría de diseño joven. En total 28. Destacan la Escuela Superior de Diseño y de Artes Plásticas de Cataluña (ESDAP-Barcelona Llotja) con 7 propuestas, IED Barcelona Escuela Superior de Diseño con 7 propuestas, LCI Barcelona con 4 propuestas y que además ha sido mención como Estrategia y la Escuela Superior de Diseño y de Artes Plásticas de Cataluña (ESDAP-Olot) con 3 propuestas. Esto es una buena noticia. Los futuros diseñadores y diseñadoras ya piensan en clave de buen diseño, a pesar de que creo les faltan elementos centrales de las ideas
Una crónica al final de una opinión
Y acabo por donde teóricamente empieza una crónica, que era el objetivo de este artículo… a pesar de que ha acabado siendo una opinión. Esta ha sido la segunda edición del Premio Cataluña de Ecodiseño, convocado por el Departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat de Cataluña, y con la participación de la Agencia de Residuos de Cataluñaen la secretaría técnica. El principal objetivo de este Premio es. Por ciclo de vida se entiende todo aquello que permite que un producto sea posible: su concepción (que no exista también puede ser una opción), la extracción de materiales, su fabricación y procesamiento, su traslado y transporte, su distribución en tiendas (online y offline), su uso y su gestión final (reparación, reutilización, reciclaje, revalorización, etc.)
Este Premio también es una de las actuaciones enmarcadas dentro de la Estrategia catalana de ecodiseño para una economía circular y ecoinnovadora (Ecodiscat), impulsada por el Departamento de Territorio y Sostenibilidad para incentivar la incorporación del ecodiseño en el proceso productivo, promover la transferencia de conocimiento transversal y favorecer el consumo de bienes y servicios sostenibles y socialmente responsables de Cataluña.
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