Este post es un claro spoiler de la película Joy, estrenada el año pasado (2015), del director David O.Russell y la actriz Jennifer Lawrence, entre otros. Se trata de 124 minutos dedicados a explicar la historia real de Joy Mangano, una emprendedora de origen humilde de Long Island que cumplió con el sueño americano, o en todo caso, con su sueño, con esfuerzo, un poco de suerte y talento. Mucho talento.
¡Crear, prototipar, vender, producir y ganar dinero! ¿Esto es inventar o hacer un milagro?
Quizás por eso su primer diseño se llama Miracle Mop. Joy siempre había querido inventarse sus juguetes. De hecho, su sueño era vivir en una gran casa donde poder diseñar cosas guapas y útiles para la gente.
Un día, recogiendo con una fregona una copa de vino rota en el suelo, se cortó con los cristales escurriendo la fregona con las manos. ¿A quien se le ocurre? Pero resulta que el producto del cubo de la fregona, inventado en España en 1964 por Manuel Jalón Corominas, todavía no les había llegado a Estados Unidos o bien no tenía un uso generalizado todavía. Así que, a partir de su propia experiencia y necesidad, diseñó una fregona que podía escurrirse sin necesidad de usar las manos. Además era ligera, asequible, súper absorbente, y permitía cambiar y lavar su cabezal en la lavadora de manera fácil y muy higiénica. Joy pensó qué necesitaba y lo hizo ella misma. Bien, lo diseñó y mandó hacer un ejemplar. Pero ahora tocaba: venderlo y producirlo, y lo que es todavía más difícil, no perder dinero en el camino. Era el año 1990 y Joy Mangano se inventó la Miracle Mop, la cual anunció en el Teletienda en 1996 con un éxito de ventas (unos 10 millones de dólares al año). Esto le permitió fundar su empresa Ingenious Designs LLc, que posteriormente vendió a Home shopping network donde todavía trabaja con un portal web dedicado a ella y sus invenciones relacionadas con el hogar, principalmente. Y después de su propia aventura ayudó y apoyó a otras inventoras como ella. ¡Chapeau!
Resulta que uno de los éxitos del diseño de la fregona de Joy fue que era muy duradera. Ella anunciaba que si te comprabas suMiracle Mop ya no volverías a comprarte nunca más una fregona. Todo un escándalo para los fabricantes, pero una novedad muy interesante para los consumidores, hartos de consumir productos que duran poco y se convierten rápidamente en un residuo a eliminar y gestionar. De hecho, Joy inventó muchas cosas: una percha de terciopelo para evitar que resbalen las camisas, los vestidos, etc; maletas con compartimentos especiales; y muchos más. Si tenéis más curiosidad, en este post centrado en la importancia de patentar podréis encontrar más detalles sobre esta inventora.
¿Inventora o diseñadora?
¿Cuál es la diferencia entre inventar y diseñar? Parece que Joy es una inventora pero también es una diseñadora, ¿no? Entre las diversas definiciones de invento se habla de ciencia o de tecnología, o bien de la primera vez que se da respuesta a un reto científico. Según esta definición, el Miracle Mop no es un invento, puesto que ya existían otros métodos para escurrir las fregonas. En todo caso, se debe de tratar de un diseño que daba respuesta a las necesidades de su usuario principal: asegurar una buena limpieza durante mucho tiempo; evitar hacerse daño en las manos y tener que entrar en contacto directo con la suciedad; ligereza y facilidad de montaje y desmontaje; durabilidad; una gran capacidad de absorción del líquido; un precio asequible, etc. ‘¡Me lo quitan de las manos!’
Así pues, insisto, ¿cuál es la diferencia entre inventar y diseñar? Los pasos posteriores son similares: patentar, asegurar ventas, prever una producción mínima, distribuir y llegar a las casas de la gente, asegurar que la fabricación de las piezas te deja un margen adecuado (o muy bueno). Diseñar parece que no es sinónimo de ganar dinero de manera inmediata. Y parece que tampoco es sinónimo de inventar. ¿O sí?
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